EL TALENTO, LA INVERSIÓN EN TECNOLOGÍA Y LA SOSTENIBILIDAD SON CLAVES PARA QUE SEAMOS LA ENERGÍA QUE SOPORTA EL ÉXITO DE LA SOCIEDAD.
Uno de los aspectos positivos que nos ha dejado la pandemia ha sido el acelerado crecimiento de los procesos de transformación del talento, innovación tecnológica y emprendimiento en las empresas y la sociedad. Las medidas de restricción adoptadas para evitar el contagio crearon oportunidades para reevaluar procesos, asumir nuevos retos y promover procesos de emprendimiento internos y externos.
De acuerdo con las cifras del Monitor Global de Emprendimiento 2020/2021 y 2019/2020 de la Universidad Francisco Marroquín, en la actualidad, un 39,9% de los guatemaltecos son emprendedores. De estos, un poco más de la mitad se encuentran en una fase de emprendimiento temprana, es decir, desarrollando iniciativas de negocio que aún no superan los 3.5 años de existencia y que en una gran proporción, no genera un flujo de ingresos permanentes para los propietarios.
También, en el primer año de la pandemia, el 38% de las personas entrevistadas para la elaboración del monitor indicaron que conocen a más de cinco personas que iniciaron negocios durante el año. Por su parte, sectores como el textil, también aprovecharon la pandemia para diversificar su oferta de productos en elementos de protección personal, como mascarillas, batas, gorros, etc. Es decir, generaron nuevas oportunidades para la industria en el país y alternativas para sobrevivir a la pandemia.
Un contexto que demuestra el potencial de nuestro país para desarrollarse desde la resiliencia, el trabajo y la innovación; elementos que debemos seguir promoviendo de forma estratégica y sistemática para que nuestro crecimiento no sea solamente un efecto colateral de los retos de una coyuntura difícil, sino un plan a largo plazo donde todos ponemos nuestro granito de arena para crear mejores condiciones y entornos de oportunidad en Guatemala.
Por eso, ahora que iniciamos el año 2022, y que la mayoría de nosotros se ha acostumbrado a convivir con la pandemia, es importante reflexionar acerca de las ideas que harán la diferencia en este nuevo año. No para mitigar los efectos de la crisis, sino para retomar el rumbo del liderazgo y del crecimiento con el que veníamos avanzando, para generar un ambiente lleno de oportunidades para el desarrollo en Guatemala. En este proceso, la priorización del talento, las inversiones en tecnología de punta y el compromiso con la sostenibilidad son claves para seguir impulsando el crecimiento económico y el desarrollo social de nuestra gente.
En primer lugar, el reconocimiento a la pasión y compromiso de nuestros equipos de trabajo es un aspecto fundamental para materializar el éxito de nuestra sociedad como propósito común de todos los guatemaltecos. Incentivar la excelencia y ofrecer herramientas para alcanzarla es el mejor camino para desarrollar equipos con potencial para construir un legado. Contar con personas íntegras y congruentes -movidas por la autenticidad en lo que hacen- es la mejor garantía para que nuestras operaciones tengan un sello de calidad inigualable.
En segundo lugar, incentivar inversiones en tecnología de punta para aumentar la productividad de las operaciones empresariales es un aspecto importante que ayudará a preparar a nuestras industrias para un previsible aumento del consumo. Fomentar la adopción de tecnologías avanzadas facilita el aumento de la competitividad y productividad, incentivando así el desarrollo de nuevos negocios nacionales y la búsqueda de oportunidades de internacionalización; factores que garantizan la creación de mejores entornos de oportunidad para generar empleo, competitividad y especialización de la actividad económica en el país.
En tercer lugar, el compromiso con la sostenibilidad es parte esencial de la visión de futuro de nuestras empresas. No sólo como mecanismo para contrarrestar la velocidad del cambio climático, sino también, como herramienta para fortalecer la creación de valor que consolide nuestros canales de distribución y experiencia del cliente. Además, las medidas de confinamiento y restricción de los últimos dos años han permitido realizar procesos de reflexión sobre la naturaleza de los hábitos de consumo de las personas. Como resultado de esto, hoy en día, los consumidores priorizan modelos de comportamiento más conscientes y responsables, un escenario en el que exigen a las marcas un mayor nivel de transparencia en cuanto a procesos y valores institucionales.
Por estos motivos, creo que el 2022 representa una oportunidad de oro para que las industrias y empresas guatemaltecas asuman el reto de seguir liderando el éxito de nuestra sociedad, desde las ventajas que trae la inversión en innovación tecnológica y el compromiso con la sostenibilidad. Aprovechando las tendencias positivas que ha acelerado la pandemia para elevar la vara de nuestras operaciones en pro del éxito de nuestra sociedad, invito a todos los empresarios y emprendedores que lean este artículo a sumarse al reto de ser la energía que impulsa el éxito de la sociedad guatemalteca.